40 jugados
Lezama, 5.30 am. Fue la segunda vez que el Clio de Christian frenó en una estación de servicio para que Daniel se bajara a hacer pis. - Amigo, como esta esa próstata, somos un tren lechero, paramos en todas las estaciones – le dijo Federico, desde el asiento de atrás. Los tres se rieron, y acto seguido Daniel bajó al baño. Fede apuró un puchito armado y también bajó. Mientras tanto, Christian se quedó en el auto; tenía la mirada perdida en el horizonte, por donde empezaba a asomar el hocico del sol. Llevaba la foto de sus hijos en el parasol del auto, la había recortado para que solo aparecieran ellos 4, y no la mamá de los chicos. Federico estaba unos metros, alejado del área de estacionamiento y de los surtidores. En cada pitada repasaba si no había dejado rastro alguno, cuando había sido última vez que accedió a su casilla de e-mail, y donde llevaba guardado su celular (el real, el suyo, el Iphone, no el Alcatel medio pelo que tenía ...