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Mostrando las entradas de noviembre, 2009

Líbero (ocaso de goleador)

Esos vinos, esos viajes, esos parches de alta mar hoy los huelo tan lejos, tendieron a apaciguar. Esas noches a la Jack Sparrow, bien archivadas ya no se ni cuando abandonaron, perdí hasta esa mirada. Se cayeron mis soldados, ya se fueron a dormir me dejaron mano a mano, y no supe definir. Se perdieron las plegarias, que aquel dios nunca escuchó, con el arco ya vacío, este 9 se enredó. (un gran goleador... en su ocaso). No extraño viejos trotes, ya no estoy para eso , pero no desmiento (y asiento) aquello de que aun los lobos viejos guardan garras (y las afilan) para algún furtivo encuentro. Esos besos, esos críos, ante Deus en el altar, me dejaron de líbero, sin velocidad. Ahora casi ni visito el área de enfrente, buscando el empate, de un testazo providente. No extraño viejos trotes, ya no estoy para eso , pero no desmiento (y asiento) aquello de que aun los lobos viejos guardan garras (y las afilan) para algún furtivo encuentro.

Pánico

"Tarde de fútbol, sábado de diciembre en la Paternal, 16 hs. El sol se hacia sentir en el gimnasio de aquel club social y deportivo de barrio, mientras dos equipos de purretes de 8 años correteaban (y lo bien que lo hacían, realmente) detrás de una pelota en un partido del torneo de baby fútbol que estaba por finalizar. Un sábado mas, pero con excesivo calor. Ahí estaba yo sentado, en la tribuna, tomando un agua helada, con signos claros de resaca generados la noche anterior en un boliche de zona sur, mirando como mi hermano definía cruzado de zurda contra el segundo palo del arquero, y le dedicaba el gol a mi viejo que estaba sentado dos escalones por debajo de mi humanidad, en la misma grada. En el medio del entretiempo, y tras no soportar mas la temperatura, que sofocaba hasta al mismísimo guardián de las tinieblas, fui a la puerta. Desde hacia unos días se vivía un clima enrarecido en la ciudad: de repente, de un día para otro, la oposición política dejo de hacer criticas al g