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Mostrando las entradas de julio, 2009

Burbujas

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Cúmulo. Cordera y sus huestes que avisan lo que viene, predican el estallido, confirmado por alaridos no sonoros, imágenes paganas de una sobrecarga de emociones, de asunciones a la fuerza pero sin golpe de estado. Fastidio, cables que nublan y chispean (seguido). Bajan, suben, mantienen mínima estabilidad y recorren el trayecto cual lateral verdeamarelho recorre las franjas del verde césped. Mochilas con ríos de lágrimas que una espalda plagada de nudos ofrece llevar, aunque su bola de cristal a priori rezaba opciones de despedirse al final del presente calendario. Y un burbujeo, si... un burbujeo constante. No anduve errado cuando sostuve que todo cambia con el mero paso de un grano de arena en un reloj plagado de ese material, y aquí estamos. Revocando huecos, descubriendo otros. Añorando añorar los sucesos, hasta los mas sencillos, una 7up siempre... incluso la relevancia de los interpretes lo produce. Hallar motivos, hallar sensaciones, perdidas en algún lugar, firmes en la memori

Hasta siempre, Barba!

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Creo que tu arribo es siempre indeseado, quizas se pueda acertar en cierta medida el momento en que vas a hacerlo, virtud de las circunstancias que llevan a manejar ese instante con mayor calma que cuando ocurre en forma intempestiva. Pero aca no hubo ni la mas mínima noción de ello, ni un ínfimo análisis de la posibilidad remota de que vuelvas a visitar el barrio, no había razón para que lo hicieras, no era justo que aparezcas otra vez. Pero vos, traicionera, caprichosa, fría y egoísta, tenías que ser la estrella de nuevo, y lo soplaste una mañana helada de sábado. Pero quedate tranquila que no nos vas a ganar, Parca, no. La estrella va a ser él ahí arriba cada vez que salgamos a debatir los domingos entre dos arcos. Tengo el alma en el chapista por el palazo que nos acabamos de pegar, me rehuso a creer (como si se pudiera, ante la irreversibilidad de los acontecimientos) en esto, apenas caigo, y doy por hecho que van a pasar varias semanas hasta que asumamos totalmente el golpe, cua

Vicisitudes pre-invernales

Casi no hay campera que haga el aguante y casi no quedan rastros ya de hoja alguna. Mientras afuera el poder de elección de la plebe se ve aniquilado por carabinas y enviado en cometa a la casa del vecino, en casa la fortaleza de Dalmacio consigue pinchar el vuelo de un Ángel con la complicidad de quien (debería) administrar justicia, mientras el campeón del barrio sufre un revés (por un ignoto desconocido que apareció hasta en la sopa), es duramente sentenciado contra su pronóstico y bajado rápidamente del altar provocando consiguientemente que su mano se vea soltada. Algunas imágenes previas a ello, golpeaste la ventana. Y se abrió. Fotografías posteriores, los diálogos se situaron con mayor frecuencia hasta horas noctambulas, acompañando la lectura; la materialización vino a consecuencia de una salvada providencial en la casa legal de estudios, dulcemente agradable. El partido a 30, ganado en los últimos minutos en un gran sprint del relator, acompaño el movimiento de las ventanas