Insomnio

- "Marco Antonio... tu no puedes casarte con esa mujer... porque esa mujer... es... tu hermaaana!!!"
- "Oh no... no me lo digas, oh no... ¿estas tu muy segura de ello, Maria Estela Luisa?"
- "Si, lo estoy, me lo ha contado tu mismisimo padre en su lecho de muerte, Marco Antonio!"

Se había empezado a fastidiar. Después de ver por enésima vez Duro de Matar (la original, la de Bruce Willis en el edificio llevandose puestos a todos), a bordo de un insomnio que lo tenía a maltraer hacía ya varios días, Tomás buscaba en vano encontrar algo que logre apaciguarle la cabeza mientras intentaba conciliar unas pocas horas de sueño (le quedaban 5 antes de levantarse). En general lograba dormirse despues de mirar algo en el canal de la television mexicana (no sabía porque, quizá porque eran todos bodriazos, pero no podía asegurarlo), pero hoy se encontró con la tipica escena de novela de las 2 de la tarde, de esas que hacen llorar a las señoras de barrio de todo America.

Creía que no iba a dormirse más esta vez, y encima la sed lo estaba liquidando. Se levantó para servirse algo de la heladera, y al volver a la cama, noto que habia algo raro: la cama no estaba, era de día, y por algun motivo, llevaba puesto un sombrero texano en la cabeza. Ya no tenía puesta la remera (fea) que decía "Camboriú 2005", sino una camisa ajustada al cuerpo. Escuchó la voz de una mujer al borde del llanto, que le decía que tendría que haberle avisado antes de todo, que sabe que actuó mal, que le había hecho una promesa a su padre en la tumba; Tomás no la podía ver, solo la escuchaba. Sonaba una marcha nupcial de fondo, la voz de la mujer que insistía en que no podía casarse, campanas, pájaros, y se veía la sombra de mucha gente de pie en una estancia. Aturdido, pero sospechando la (i)realidad, pegó media vuelta, fue al baño, se lavo la cara, y al salir, todo había vuelto a la normalidad: bien entrada la noche (una noche estrellada, limpia, sin una sola nube), su cama en su lugar, la tele bajita. Tenia puesta la misma remera (que ademas de fea, era vieja y estaba rota).

Volvió a la cama, cambió de canal. Escena de una lluvia torrencial, un campo con pastos no muy bien cortados, solo uno o dos arboles, y un auto que se detiene. Una mujer corriendo desesperada (remera blanca, empapada). No parece tener pánico, ni huir, ni nada; todo lo contrario, parece correr en busca de alguien. Tomás cree que gritan su nombre; duda por unos momentos, pero confirma que lo estan llamando. Sale a la puerta, y se encuentra con una señorita que lo abraza casi desesperadamente, como si no lo hubiese visto durante un largo tiempo; cree que es Marcela. Se dispone a besarla de la forma que amerita una situacion como la descripta: la toma de la cintura con fuerza, y cuando le está por correr el pelo de la cara... suenan los Redondos en su celular, despertándolo: son las 6 am, es lunes, y la tele esta prendida en el mismo canal en donde habia quedado unas horas antes.

Ducha, desayuno, y a comenzar la semana. Tomás abre la puerta, y nota, por las marcas en la calle, que anoche, en algun momento, estuvo lloviendo, y fuerte...

Comentarios

Anónimo dijo…
Chan....malditas vidas paralelas en un universo en común.

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