"Esta hablando del faaaaaaaaaaaaa..."

"A ver...

No me gusta realmente comenzar una frase, texto o similar con un fastidioso "a ver", porque creo que denota justamente eso, fastidio en una explicación, una especie de pequeña bronca por aclarar algo, como aquel que explica un tema muchas veces: a la décima vez que lo hace, probablemente ya se empiece a alterar un poco. Pero en este caso, por lo recién comentado, creo correcto arrancar así.

En general no suelo usar el blog para comentar cosas que me ocurrieron en primera persona, en forma lineal, con dejos mas de crónica periodistica que de canción o relato surgido de una mente con un par de problemitas, pero esta vez voy a hacer una excepción.

Contextualicemos: siglo XXI, personas pensantes, mentes abiertas; épocas donde los sucesos vinculados al derecho ya no pasan sobre si es correcta la legislación que permite el divorcio, lo cual hizo que hace unos cuantos años cierta parte de la sociedad se sintiera escandalizada (Doña Rosa y su grupo de amigas consumidoras de novelas del mediodía, a la cabeza), sino que hoy el debate se centra sobre si se debe sancionar o no una ley que permita a las personas del mismo sexo contraer matrimonio (moción la cual apoyo ampliamente).

Explicado el marco, paso al punto central que hoy por la mañana me hizo erizar los (ya muy pocos) pelos de la cabeza y llevarme al autoconvencimiento de que no, efectivamente no hemos aprendido mucho aún. En una clase de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la UBA, a la cual asisto, se estaba tocando el tema del derecho a la intimidad consagrado en el artículo 19 de la Constitución Nacional (sí, ese que arranca diciendo que "Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados..."), especificamente en cuanto a la tenencia de estupefacientes para consumo privado.

Podemos ser mas o menos tolerantes, creo. Puedo entender a aquella persona que considera que una persona que se fuma un porro es un drogadicto y tiene que internarse para superar su adicción, la cual seguramente le genera que no sea un buen hijo, que sea un mal padre de familia, un trabajador poco calificado, una persona enferma para la sociedad (la cual se coloca la máscara una vez más y esconde la tierrita debajo de la alfombra). Lo puedo comprender, a pesar de que muchas veces, las personas con este tipo de pensamiento terminan convirtiéndose en el auténtico Vigilante Medio Argentino (N. de R: "Vigilante Medio Argentino" es una canción de Andrés Calamaro en la cual se menciona, entre otras paradojas del argentino promedio, la historia de una abuela que denuncia ante la policía a un pibe que fumaba un cigarrillo de marihuana en una esquina sin molestar a nadie, acto tras el cual el joven es detenido y se come dos días adentro, pero lo que la abuela nunca supo es que el puntero de ese muchacho no era otro que... su nieto). Puede ser una opinión totalmente cuestionable, y hasta chocante, pero no deja de ser eso: una opinión. Probablemente para esa persona, mi punto de vista, totalmente opuesto al suyo, sea irritable y no lo comparta en lo más mínimo.


Hasta ahí, todos podríamos convivir en una relativa paz y armonía, sin que nadie se sintiera ofendido y si todos tolerásemos puntos de vista que, si bien son contrarios a nuestro parecer, no dejan de demostrar que siempre es bueno que haya opiniones dispares, lo cual marca la libertad que (aún) tenemos para expresar nuestras ideas.

El tema se complica cuando, en medio de este tema planteado y abordado con criterio doctrinario en una clase como la mencionada, se escucha una animalada (creanmé que busque una mejor forma de calificarlo pero esta se adecua en forma ideal a lo que quiero expresar a continuación) tal de parte de una estudiante de abogacía, instruida, de mas de 25 años, cercana a recibirse, la cual con una liviandad y una seguridad asombrosa de sus dichos, manifiesta tranquilamente que "y bueno, si todos los que fuman, despues de fumar salen y delinquen". La conmoción de risas, caras de asombro y la posterior catarata de discusiones que provocó esto es meramente anécdotica (incluyendo una rectificación por parte de la misma persona diciendo "ok, esta bien, no todos, pero si una gran mayoría sale a robar despues de fumarse algo"). Seré directo y utilizaré un lenguaje lo máas claro y burdo posible: para esta chica, si te fumas un faso, seguramente después te van a dar ganas de ir a poner un supermercado chino o de zarparle el stereo a un auto, y lo vas a ir a hacer.

Creo que no hace falta haberse drogado alguna vez o haber tenido algún vínculo, aunque sea mínimo, con cualquier tipo de sustancia non sancta para que esta alucinación caiga. Recalco que no se pone en ningún momento en tela de juicio los efectos perjudiciales que ocasiona el consumo de cualquier estupefaciente en el organismo de las personas. Incluso se puede aceptar que las drogas tengan incidencia en la actitud con la que los delincuentes actuan, en su estado mental al delinquir; ok, le podemos dar la derecha a ello, esta bien. Pero de ahí a establecer que la consecuencia de fumar marihuana es salir a cometer delitos alegremente por la vida, creo que es, cuanto menos, un poquito errado.

La forma en que esto excede cualquier busqueda de tolerancia entre distintas opiniones, deja a cuanta discusión se intente argumentar sin vastagos en los cuales pueda sostenerse. Sencillamente, la forma en que algunas personas razonan es inentendible, y la irritabilidad que genera englobar acciones privadas sin ningun conocimiento lo es aún más.

Estamos en el año 2010, siglo XXI... bah, por las dudas pregunto: ¿estamos en el año 2010, siglo XXI?

Comentarios

Anita dijo…
A tu pregunta "¿Estamos en el siglo XXI?", puedo contestar: sí, estamos, pero eso no cambia nada. Próximo licenciado, usted sabe lo que pienso al respecto de muchas cosas, pero no eso no quita que quiera expresarme en este punto. La "modernidad" o no de una supuesta civilización no cambia su patrón de comportamiento. En esta Argentina occidental y sobre todo, cristiana, cada uno se cree con derecho supremo a juzgar moralmente lo que el otro hace. Vos mismo nombraste el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, con eso te digo todo. La mayoría de los clasemedieros de un nivel de ignorancia atroz que andan dando vueltas por la calle, escupen comentarios como el de la srita citada, sin culpa y sin cesar, en la mesa familiar, en el bar de la esquina o si salen por la tele. Y a mi no me sorprende para nada, porque estos clasemedieros se creen que son el mismisimo ombligo del mundo... Lo que me deja tranquila es saber que no lo son, que se los puede combatir, y tengo la esperanza de que algún día les ganemos por knockout técnico en base a prenderle fuego a todos sus aburguesados prejuicios.

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