Listado


Tomás saco la pava del fuego. "Puta, se me pasó otra vez... debería comprarme una de esas pavas eléctricas que te avisan justo cuando esta lista para el mate". No era de tomar mate solo, solía hacerlo con amigos, y nunca era el encargado de cebar o del agua, ya que su característica torpeza manual provocaba innumerables volcadas y derramamientos de yerba, los cuales lo convertían en el chiste constante al comenzar ese ritual. Pero cuando estaba solo en su casa y se disponía a emprender cierto tipo de actividades las cuales no estaban en su habitual hoja de ruta y no eran de su mayor agrado (como hacer la lista del supermercado, actividad que odiaba y que solo hacia una vez por mes, y de la cual derivaba en un gasto innecesario en cosas totalmente sin sentido, como jugos sabor maracuyá los cuales nunca tomaba, pero le hacían sentir que era una persona sana por el hecho de tenerlos ahí, paraditos en la heladera, aunque siempre que los miraba terminaba optando por una Quilmes), ahí si creía que era necesario hacerlo mates de por medio. Dicen que una persona se convierte en adulta cuando empieza a tomar mate en su soledad misma, sin nadie mas alrededor que ella, el mate, la pava, y la nada.

Una vez resuelto el tema del agua ("Esta vez lo hago, cobro y me compro esa pava mágica eh!"), se sentó con una birome, una hojita, y un mate bien amargo (nada de eso de ponerle yerba con gusto a naranja, a limón o a maracuyá), y comenzó a escribir: "LISTA DE COSAS QUE ME FASTIDIAN". Tomás tenía un problema (varios, bah, como la mayoría): le costaba decir las cosas que pensaba. Entonces tuvo la idea de escribirlas todas en una lista, mezclando cosas importantes con cosas no tan importantes. En el listado (con una letra bastante fea, de esas que horrorizan a los profesores de facultad, generando un "Gutierrez, a ver si nos ponemos las pilas con la letra, querido, es un jeroglífico esto, nene!") detallo entonces: el zumbido de los mosquitos cuando estoy durmiendo; las corridas de toros; los gritos de mi vecina cuando se envuelve en una de sus maratones sexuales con su novio de turno; los truenos fuertes; la gente que por tener mas edad que uno se cree que uno es un reverendo pelotudo y que ellos tienen razón en todo lo que dicen y no pueden estar equivocados (aunque estén notoriamente equivocados), y encima lo hacen con una mirada y un tonito de vos soberbio mucho muy irritante; la Tía Lidia con sus pedidos imcomprensibles en horarios inentendibles sin motivos claros (del tipo de "necesito que me vengas a pintar el patio, querido, a la mañana bien temprano... si, ya se que lo pintaste hace 5 meses de azul, pero ahora lo quiero blanco, porque agranda mas....si, se que es pleno invierno y hacen 2 grados bajo cero, pero después me voy al Centro de Jubilados y en casa no queda nadie... por favor..."); las locuras de la Presidente; las locuras de la Oposición (o lo que hay); Marcela que cada día salía con un raye distinto (desde "los ataques de celos de los lunes" hasta los "¿Gordo, y si nos casamos?" de los jueves); que el padre lo comparara eternamente con su hermano, el Embajador Gutierrez (Embajador de la Sagrada Orden de la Cruz de la Garompa, o lo que fuere, poco le importaba ya a esa altura), diciéndole que si él hubiera estudiado, podría estar como su hermano, o incluso mejor; las propagandas en los partidos fútbol; Closs y Niembro (particularmente le caían mal y lo irritaban con una enorme facilidad), junto a otros periodistas deportivos panqueques; la ironía y el sarcasmo mal utilizados; los gritos de su jefe.

Al llegar al ultimo punto, noto que ya no tenía agua en la pava, y dio por finalizada momentáneamente su tarea, pero dejando abierta la lista a otras cosas que fuera recordando en el resto del día (y de la semana, y de los meses)... estaba seguro que se estaba olvidando de varias (porque en ocasiones pasa eso, uno se "desinpira" al momento de crear algo).

Quizá no era capaz aún de decirle a aquellos a quienes sus actitudes lo fastidiaban, pero al menos había comenzado por escribirlas, para no dejarlas sueltas por el camino.

Comentarios

Maru dijo…
Hacía mucho que no andaba por estos pagos, y la verdad...me había olvidado de lo lindo que escribías.
Te cuento que estoy de acuerdo en la mayoría de las cosas que lo fastidian a Tomás jaja. Y está bueno eso de escribirlo, sirve para desahogarse un poco.
Espero que ande todo más que bien en tu vida Tincho.
Te mando un beso.

Maru(la srta. mendocina)

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