El Mago

El mago miraba al cielo sin observarlo. Estaba oscuro ya; no quedaba una sola luz en la isla entera. Todos estaban durmiendo, menos el. Solo contemplaba la noche... Tras algun coletazo marino que abrutamente sirvio de cierre relampago con candado bajo muecas de trabajador de circo que se quizo reir y derrapó fulero, se encuentra su devenir, el cual asume ritmicas figuras. No se acuerda lo que es sortear bravas tempestades bifurcando mares, y en mi opinion las quiere evitar a toda costa, a decir verdad. No mas olas por un tiempo, no mas busquedas sin saber de que... solo mente abierta para afrontar (y disfrutar) la realidad.

Mas tranquilo. relajado, y liberado, disfruta de sus horas de navegacion tenue en las apacibles aguas del inconformismo que lo sacude cuando se queda dormido intentando pescar imaginacion en la orilla de la chimenea. Dulces criaturas de nobles llamados corales a cientos de kilometros no son mas que una ilusion irreal que a veces se torna mas real de lo que parece, aunque el mago es conciente de ello y se deja llevar por el movimiento del río, a sabiendas que nadie tiene resuelto el día de mañana y las posibilidades son infintas. Las aguas lo pueden llevar hacia algun puerto desconocido, el cual quiza no busque, y hasta reniegue en su aparicion, pero si alli toca tierra, por algun motivo extraño y positivo seguramente será. El mago confia en su suerte... no abusa de ella, pero confia en si mismo y en que su cuota de fortuna no cambiará.

Sigue mirando al cielo, y las luces que reflejan en la calma del agua son solo las de las estrellas que siempre brillan en el firmamento. El mago esta relajado. Aun tiene ocasionales momentos de oscuridad. Pero, dicen en la isla, que esta contento si un motivo en particular. El mago, parece, volvió a ser el mago que supo ser.

Comentarios

Anónimo dijo…
Simplemente hermoso...
como todo lo que escribis

Hablamos, un beso.

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