Chau Canalla...

Después de un día largo, de un agotador viaje en tren, de una extensa jornada laboral, de escuchar sobre Ministros de Economía, sobres en un baño, marchas y amenazas de paro en su vieja radio (baqueteada por el obvio paso del tiempo), él por fin regresa a su hogar. Sabe que no lo esperan lujos, ni alguien para cebarle unos mates. Pero le sigue dando igual, luchandola día a día. Cuando por fin entra en su casa, totalmente empapado (me olvide de decirles que encima llovía en exceso), se cambia la ropa, y se prepara un té calentito (no de esos modernos, que vienen de gustos raros, y curan el resfrío, uno clásico, común). Después de abrir una bolsita de bizcochitos, prende su 14 pulgadas importado (vestigio de una década monetarista), para caer en un noticiero, que no hace mas que repetir y repetir lo mismo que escucho todo el día: marchas, paros, sobres y Ministros que vienen o van. En eso, escucha la única noticia que puede sacudirlo de su modorra de las 7 de la tarde, la cual no esperaba escuchar (al menos hoy): el Canalla que durante años lo entretuvo y le robo sonrisas en diarios y revistas, hoy partió de gira. Como un balde de agua fría, se queda mirando fijo a la pantalla. Momentos después, se para para levantar el volumen (el control remoto hace tiempo que no tiene pilas), y escucha que después de pelearle a una enfermedad, ese Canalla perdió la batalla con la Parca, y se fue nomás, un 19 de julio... .El leia con una cierta frecuencia el material de este empernido fánatico de Central, cuando podía comprar el diario, o cuando encontraba alguna humorada en alguna revista vieja, en alguna sala de espera. Le gustaba, era una de las pocas cosas que realmente le interesaba leer para despejar un poco la mente (o en muchos casos, para pensar el doble). Después que el locutor terminó de comentar la noticia, pensó para su interior... "puta, se fue el Negro Fontanarrosa, si me habrá hecho cagar de risa...".

Porque el Negro dijo una vez, hace no mucho, si mal no recuerdo, que el mejor premio o frase que le podían decir, era, ni más ni menos, la que el protagonista de este relato pensó... y se que muchos al enterarse hoy de esto, también pensaron lo mismo.



Que tengan un muy felíz día del amigo!.

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